Desayunamos en la terraza del hotel, la temperatura es agradable y poco a poco llenamos nuestros estómagos. Hoy es una etapa corta por lo que la operativa de puesta en marcha nos la tomamos con calma. En torno a la 10 retomamos nuestro camino por la E4 dirección Estocolmo, dejamos a nuestra derecha el pueblo Huskvarna, y durante un buen tramo vamos paralelos al lago Vätern, mucho embarcaderos salpican su orillas, vela, Esquí acuático y un sin fin de actividades tienen cabida en una extensión tan grande de agua. A lo largo de la ruta vemos numerosos pueblos que terminan en köping, Linkköping, Norrköping y NyKöping. Algo que nos llama la atención es que en todas las estaciones de servicio hay una hamburguesería, o Burger King o McDonalds o Max, y cuando digo en todas es en todas. En una de éstas paramos a repostar y no solo no pudimos echar gasolina sino que encima nos cargó 1€, a partir de entonces intentamos solo parar en las Statoil, ya que los menús para pagar estaban en inglés y no solo en Sueco como en la anterior.
A lo largo de la ruta vamos observando a ambos lados de la carretera como han puesto diferentes modelos de aviones Saab sobre postes a modo de monumentos. Para los que no lo sepan Saab comenzó fabricado aviones para luego abrirse al mercado con otra serie de productos entre ellos los automóviles. Para los que nos gusta la aviación es una buena manera de amenizar el viaje.
También observamos los guardarrailes de los que tanto habíamos oído hablar, postes unidos con cables de acero. En España estaremos lejos de la perfección en seguridad pero lo de los suecos no tiene nombre.
El tráfico se intensifica a medida que nos acercamos a Estocolmo, y entramos en el caos de las carreteras de circunvalación y nuestro GPS vuelve a jugarnos algunas malas pasadas. Es mediodía y estamos a mas de 30º en Estocolmo. El hotel en el que nos hospedamos está en obras y tardamos más de 40 minutos en encontrar el acceso, se encuentra integrado en un complejo de oficinas, centro comercial, estadio de eventos deportivos, etc.
Del hotel simplemente no hablaré, solo daré unas pinceladas, ¿habéis estado en un hotel en el que no hay ascensor en tu planta?, ¿En el que el personal de recepción ni siquiera sabe como llegar a la habitación?, ¿qué solo hay wi-fi en el lobby y luego resulta que hay en todo el hotel?, etc. en definitiva, si vais a Estocolmo evitar el Quality Hotel Globe.
Después de periplo hotelero nos disponemos a bajar al centro, tomamos el metro en la estación de Globen, no sin antes intentar dialogar con el de la taquilla para averiguar qué billete nos conviene más, después de lo que algunos considerarían un dialogo de besugos en toda regla logramos comprar en la máquina unos billetes que nos llevan en unos minutos hasta la estación de Gamla Stan, la isla más antigua. Deambulamos por las calles intentando localizar un un lugar para comer. Después de degustar un buen salmón seguimos nuestro periplo por la isla, la idea era ver algo de la ciudad y descansar de la paliza de moto que llevábamos haya la fecha, El palacio real, la plaza de los nobel, catedral, y un sin fin de edificios y monumentos. El tiempo se ha vuelto inestable, si bien no hace frío de vez en cuando las nubes descarga un buen chaparrón. También coincidimos con la semana del orgullo gay y hay números actos en la ciudad. Poco a poco vamos volviendo sobre nuestros pasos dirección al hotel, compramos la cena en un supermercado a precio de oro para poder cenar en el hotel y descansar lo máximo posible. En resumen Estocolmo es una ciudad agradable para pasear, una candidata ideal para un fin de semana largo.
Cenamos y a dormir, mañana será otro día largo.